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San Bernardo del Viento lidera en Colombia el primer piloto comunitario para reducir riesgos de desastres por cambio climático
25/07/2025 - 22:15
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- Más de 1.200 habitantes del corregimiento de Chiquí participan en un innovador modelo de ecorreducción del riesgo de desastres sustentado en soluciones basadas en la naturaleza.
El corregimiento de Chiquí, en el municipio de San Bernardo del Viento, departamento de Córdoba, fue seleccionado por el Ministerio de Ambiente y Desarrollo Sostenible como el escenario del primer piloto nacional de Eco-Reducción del Riesgo de Desastres (Eco-RRD), una estrategia que combina la participación comunitaria y las soluciones basadas en la naturaleza para enfrentar los efectos del cambio climático en zonas altamente vulnerables a inundaciones y aumento del nivel del mar.
“Es un proyecto que nos sirve porque acá la comunidad siempre se ha afectado con las inundaciones. Con este proyecto de medio ambiente creemos que la cosa es mejor, que las inundaciones van a ser más poquitas y vamos mitigando la inundación”, destaca Giovanni Morelo Valencia, Vicepresidente de Junta de Acción Comunal, quien lidera las cuadrillas de limpieza del caño.
El proyecto, liderado por el Ministerio de Ambiente y Desarrollo Sostenible, cuenta con el acompañamiento técnico de Fondo Acción y es financiado por el programa EUROCLIMA de la Unión Europea, e implementado por la Agencia Española de Cooperación Internacional para el Desarrollo (AECID). Esta iniciativa forma parte de los esfuerzos de Colombia por fortalecer su capacidad de adaptación climática desde el nivel local, bajo un enfoque de corresponsabilidad y participación ciudadana.
Nodos de siembra de manglar flotante sobre áreas inundables en las riberas de los caños, canales y ciénaga El Charcón. Esta actividad es liderada por la Asociación Ambientalista Agroacuicola del Corregimiento de Chiquí del Municipio de San Bernardo del Viento – ASOAGROCHI. Créditos: Fondo Acción
La ministra de Ambiente, Lena Estrada Añokazi, destacó el alcance innovador de la iniciativa, pues “con la implementación de estas acciones lograremos reducir el riesgo de inundaciones, evitar la pérdida de cultivos y viviendas, mejorar la seguridad alimentaria, atraer inversión para programas de conservación y generar empleos locales. Además, abrimos la puerta a una oferta de turismo ecológico y cultural que dinamice la economía local”.
La comunidad como protagonista en la comprensión y solución de sus desafíos
Desde las etapas iniciales, la comunidad del corregimiento de Chiquí ha desempeñado un papel central en la identificación de problemáticas, la caracterización de los riesgos y la formulación de soluciones. A través de talleres participativos, grupos focales, encuestas a más de cien hogares y recorridos técnicos, los habitantes aportaron su conocimiento territorial, permitiendo identificar los principales desafíos: inundaciones prolongadas que afectan viviendas, salud pública, acceso educativo, medios de vida agrícolas y ganaderos, y alteraciones en los ecosistemas locales debido a la expansión de áreas de cultivo y pastoreo.
Fruto de este trabajo conjunto, se diseñó un portafolio de medidas de intervención basadas en la naturaleza, cuya implementación inició en el primer semestre de 2025: (1) limpieza superficial de caños y canales; (2) revegetación de las riberas y márgenes de cuerpos de agua con especies nativas, y (3) la implementación de un Sistema de Monitoreo Comunitario Participativo. Estas acciones están siendo implementadas por organizaciones comunitarias, lo que contribuye a la apropiación del proyecto, así como a su sostenibilidad, en la medida que la participación activa genera un vínculo positivo con el cuidado y uso sostenible de los ecosistemas.
Acciones implementadas por las organizaciones locales
En particular, la Asociación Ambientalista de Mangleros de La Balsa, municipio de San Bernardo del Viento –ASOAMANGLEBAL– identificó los puntos críticos en los caños La Balsa y El Indio, junto con sectores aledaños, y la ciénaga del Charcón como sitios clave para el despeje de material vegetal y otros residuos; así mismo, la Asociación ha avanzado en la limpieza de 3.000 metros lineales en los caños La Balsa y El Indio, incluyendo sectores estratégicos como Macaneo y Correntoso, retirando árboles caídos, macrófitas, material vegetal y residuos sólidos.